- Asignación de tareas y deberes.
Averiguar si el niño entiende las expectativas (haciéndolas repetir o guiándole mientras las cumple).
Establecer claramente los límites de tiempo razonables para realizar las tareas. Explicar las consecuencias de no hacer las cosas. Sin remordimientos y sin hacer sufrir al niño. La coherencia es más importante que la severidad.
Si los padres manifiestas desagrado ante las tareas los niños también lo asociaran a sentimientos desagradables.
Equiparar las responsabilidades entre todos los miembros teniendo en cuenta la edad y las habilidades.
Ø Para evitar olvidos en los niños:
Escriba las tareas y responsabilidades y colóquelas en un lugar visible.
No recuerde permanentemente a los niños lo que tienen que hacer una vez que está seguro de que le han escuchado y entendido.
Establezca costumbres lo más regulares posibles.
No le dé miedo castigar a un niño que ya tiene la costumbre de realizar una tarea cuando se le olvida.
Ø Como se escabullen los niños de la responsabilidad.
Si el adulto cree que es responsable de recordarle al niño una tarea entonces el niño no es el responsable de acometer la tarea sino el padre.
Los niños pueden revolverse contra los adultos por no trasmitir las cosas claramente. Para evitarlo hacerle al niño repetir la instrucción y que diga si hay algo que no comprende.
Pueden echar la culpa a otros criticando el carácter del adulto.
Eluden las responsabilidades señalando la debilidad de los padres.
Ø Un niño es responsable si :
Realiza las tareas normalmente sin que haya que recordárselo en cada momento.
Puede razonar lo que hace.
No echa la culpa a los demás sistemáticamente.
Es capaz de escoger entre diferentes alternativas.
Puede jugar y trabajar a solas sin angustia.
Puede tomar decisiones que difieran de las que los otros toman en el grupo en que se mueve (amigos, familia, pandilla).
Posee diferentes objetivos e intereses que pueden absorber su atención.
Respeta y reconoce los límites impuestos por los padres sin discusiones inútiles y gratuitas.
Puede concentrar su atención en tareas complicadas durante cierto tiempo, sin llegar a situaciones de frustración.
Lleva a cabo lo que dice que va a hacer.
Reconoce sus errores sin necesidad de alambicados racionalizaciones.
- Ponga normas a cumplir
Redacción en un cartel con todas las reglas.
Participar ambos padres en la explicación de las reglas al niño.
Dejar decidir a los niños sobre algunos aspectos, los niños no necesitan ni deben controlarlo todo pero si algunos aspectos como: con qué jugar en el baño, qué ropa quieren ponerse, qué quieren de merienda, qué libro quieren que se les lea...
Dejar clara las consecuencias de no cumplir una regla.
Poner consecuencias no es amenazar: si no te pones a hacer los deberes no acabaras para la hora de tu programa favorito y entonces no podrás verlo.
- Como tratar de que los niños no hieran nuestro amor propio.
Comunicación clara y coherente, haciéndoles entender las expectativas y exigencias de los adultos.
Afrontar el mal comportamiento de manera directa y razonable
Hablar a los niños de los sentimientos propios y ajenos, expresando cuando se sientan heridos
Expresar los agravios de los hijos y no crear resentimientos:
Ø Describir lo que ocurre en vez de echarles la culpa. Decir: ”cuando estas tanto tiempo hablando por teléfono no puedo recibir llamadas” en vez de: “ lo único que te interesa son tus amigos y tú mismo”.
Ø Ser claro exponiendo el comportamiento que molesta en lugar de etiquetar o calificar el carácter o la personalidad de sus hijos.
Ø Sea responsable de sus propios sentimientos en lugar de hacerlos recaer sobre sus hijos. “Me molesta que me hables en ese tono de voz” en vez de “me molestas mucho cuando discutes”
Ø Invite a su hijo a contribuir para resolver las dificultades: “ ¿qué crees que podríamos hacer para que tu cuarto estuviera limpio?” en vez de: ”como no limpies tu cuarto, seguirás recibiendo castigos todo el tiempo que haga falta” .
Para los niños puede ser ventajoso el resentimiento de los padres, puesto que el sentimiento de culpa hace que pierdan coherencia a la hora de hacer cumplir las normas.
Si los padres de vez en cuando dan prioridad a la agenda de los niños, pueden contribuir a que el niño comprenda que a veces tendrá que posponer sus satisfacciones para acomodarse a los derechos de los demás. Pero también es importante no postergar sus propios placeres personales para acomodarse a los deseos de sus hijos, es importante que éstos crezcan sabiendo que sus planes no siempre han de tener la máxima prioridad.
- Reglas para no malcriar:
Ø Normas claras
Ø Clarificar lo que se espera.
Ø Establecer las consecuencias de trasgredir las normas.
Ø Utilizar tareas y obligaciones para mantener el hogar de manera adecuada ayuda a crear responsabilidades.
Especificar el Cómo, Cuándo y Quién debe hacer cada tarea. Al entender esto el niño desarrolla las habilidades y esquemas mentales para hacer distintas cosas, desarrollando su capacidad de organización y a manejar sus propios recursos.
Aprender como se hace una tarea, paso a paso, ayuda al niño a aplicar esos mismos principios en su trabajos y en sus juegos.
Ø Ser coherentes
La aplicación coherente de una norma, con un suave castigo para trasgredir, tiene sobre el niño más efecto a largo plazo que una actitud incoherente y un castigo severo.
Cuando un adulto se compromete a hacer algo o amenaza con seguir ciertos procedimientos y luego no los hace, comunica claramente al niño que no es necesario cumplir los compromisos adquiridos.
Atención a la aplicación coherente de una mala norma porque creará resentimiento y cólera en el niño y en el adulto.
Ø No ser arbitrario
Esto significa hacer algo diferente de lo que se ha dicho que se haría o hacer algo sobre lo que no se había advertido al niño y que este no se esperaba.
Por eso los padres han de aclarar lo que quieren. Comunicar estas expectativas de forma sencilla y directa.
Concretar cuales son las consecuencias, si el niño actúa en consecuencia o no, con esas expectativas.
Sin esta clarificación previa es inevitable una acción arbitraria.
La previsión de las cosas que pueden ocurrir en una situación determinada puede ayudar a los padres a actuar de una manera coherente y predecible.
Actuar de manera arbitraría hará que el niño tienda a ser demasiado cauteloso e indeciso.
Para no ser arbitrario es muy importante ponerse de acuerdo entre los padres .
Muchas veces los padres mientras están ocupados tienen que decidir sobre algo que quiere el niño, en estos momentos muchos padres actúan arbitrariamente. En estos casos es mejor posponer ”vuelve dentro de diez minutos para contármelo otra vez que ahora estoy ocupada”.
Hay que enseñar a no interrumpir cuando los adultos están ocupados. Si los adultos les enseñan de modo coherente su necesidad de disponer de intimidad y después cumplen sus promesas de discutir las cosas más adelante, los niños aprenderán que no interrumpir puede ser incluso ventajoso. Es adecuado establecer la norma de que no se puede interrumpir cuando se está hablando por teléfono, dejando claro la consecuencia cuando el niño interrumpe y concretando cuándo y cómo se estudiará el problema que plantea el niño.
Los padres actúan arbitrariamente alguna vez y eso no es necesariamente malo, siempre que no sea la norma habitual de tratar a los niños. En estos casos es bueno disculparse.
Ø Dar recompensas por ser responsable.
Trabajar para obtener recompensas es una forma en que los niños desarrollan una orientación hacia determinados objetivos. Las recompensas concretas ayudan a establecer a los niños objetivos concretos.
- Ayudar Al niño a tomar decisiones.
Ø Problema
¿Cuál es? ¿Qué desearía cambiar?
Centrar la atención del niño en lo que ve, oye y en los sentimientos que le provocan la situación.
Ayudarle a definir sus sentimientos le ayuda a tomar decisiones.
El niño necesita describir sus sentimientos y no conformarle con expresarlos.
No dar consejos en esta fase.
Ø Búsqueda de alternativas
Aquí si podemos dar consejos para buscar alternativas. Conviene no criticar las ideas del niño hasta que no se hayan propuesto varias alternativas.
Los adultos tampoco deben ser excesivamente críticos consigo mismos hasta que el niño no los haya escuchado.
Ø Cuál es la mejor solución.
La que ofrece las mínimas consecuencias negativas y las máximas positivas es la mejor solución.
Los adultos no potencian la toma de decisiones si exigen al niño que cada decisión que tome sea la buena, sino si se aseguran de que es consciente de estar tomando una decisión
Ø ¿Cuál ha sido el resultado?
Si la decisión no tiene resultados positivos es de gran ayuda revisar otra vez las alternativas y analizar lo que ha salido mal.
La pregunta fundamental es ¿qué es lo que ha ido mal? ¿Qué es lo que he hecho mal?
Es importante proporcionar al niño pequeñas disyuntivas que resolver. Aunque hay
que protegerle del daño excesivo que pueden provocar las decisiones que se tomen.
Por último la estabilidad psíquica de los niños puede sufrir daño si:
Hay descargas emocionales excesivas. Para hacer cumplir un castigo no hace falta mostrar cólera.
Incoherencia elevada.
Exigencias no claras.
Padres angustiados.
Solo castigan, no premian el buen comportamiento.
Relación entre disciplina parental y conducta social
Los padres que emplean técnicas asertivas y de poder físico (ordenes y castigos) provocan hijos que pueden tener dificultades en las relaciones sociales.
Estilos punitivos y exigentes. Comportamientos dominantes en los hijos.
Técnicas inductivas (razonamiento reflexión) provocan conductas prosociales en los hijos.
Disciplina coercitiva e inconsistente provoca conductas antisocial