La tarea de los padres es:

Dar amor, crecer con fé y dar fuerza para mantener la esperanza.

2 de octubre de 2016

TUS ERRORES, MIS ERRORES

Las personas tenemos, en ocasiones, una habilidad realmente especial: 
Somos capaces de ver los errores ajenos, pero no los propios. Seguro que te habrá ocurrido alguna vez. 
Esos momentos en que algún amigo, algún compañero de trabajo o incluso tu pareja, te señala todo aquello que haces mal, pero sin reconocer nunca que también ellos cometen errores.
Es más, es posible que ni siquiera se los señales porque no suelen reaccionar demasiado bien.

  • 1-Quien solo se fija en el comportamiento ajeno sin observar el propio carece de habilidades emocionales, carece de empatía y de respeto hacia sí mismo y los demás.
  • 2-Las personas que identifican sus propios errores y los aceptan actúan de modo humilde e íntegro. No podemos olvidar que la humildad es un valor que todos deberíamos aprender a desarrollar y, a su vez, a trasmitir a los demás.
  • 3-Si vives con una persona que tiene como costumbre señalarte tus errores, no caigas tú también en el hecho de señalarle los suyos a modo de venganza. 
  • 4-De hacerlo, caeríamos en un círculo vicioso sin sentido. Lo mejor es argumentar y defenderte. “Puede que lo que haya hecho sea para ti un error, pero para mí no lo es por estas razones”. “Sí, es verdad, me he equivocado. Lo reconozco y lo asumo, a partir de ahora lo haré mejor. ¿Eres tú capaz de hacer lo mismo?”.
    • 5-Recuerda siempre que, si te ves obligada a señalar el error de otra persona, debes indicárselo de forma que pueda aprender, que pueda reconocer el fallo para que entienda qué estrategias llevar a cabo para mejorar. 
    • 6-Este aspecto es muy importante, por ejemplo, con el tema de la educación de los niños: señalar un error no debe ser un castigo, sino un modo de educar para ofrecer oportunidades de mejor.

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