La tarea de los padres es:

Dar amor, crecer con fé y dar fuerza para mantener la esperanza.

4 de enero de 2016

RETRASO EN EL DESARROLLO DEL HABLA O EL LENGUAJE.


Su hijo ya tiene 2 años y apenas habla. Dice unas pocas palabras pero, en comparación con otros niños de su edad, usted cree que tiene bastante retraso. Usted recuerda que su hermana era capaz de armar frases completas a la misma edad. Con la esperanza de que su hijo se acabará poniendo al día más adelante, usted pospone la búsqueda de ayuda profesional. Hay niños que caminan muy pronto y otros que hablan muy pronto, se dice. No hay por qué preocuparse...
Esta situación es bastante habitual entre los padres de niños en quienes el habla se desarrolla más despacio de lo habitual. A menos que también observen retrasos en otras áreas del desarrollo inicial del niño, los padres pueden dudar sobre si deberían o no buscar ayuda profesional. Algunos justifican el retraso del habla de sus hijos diciéndose a sí mismos que "ya madurará" o que "a mi hijo le interesa más moverse que hablar".
Conocer qué es "normal" y qué no lo es en el desarrollo del habla y del lenguaje puede ayudarle a saber si usted debería preocuparse o si su hijo está evolucionando según lo esperable en ambos ámbitos.

Desarrollo normal del habla y del lenguaje


Es importante que en cada una de las revisiones médicas sistemáticas a que se someta su hijo, hable con su pediatra sobre el habla y el desarrollo del lenguaje del niño, así como sobre otros aspectos de su proceso evolutivo que le preocupen. Puede ser difícil saber si su hijo solo es inmaduro en su capacidad para comunicarse o si tiene algún problema que requeriría una atención profesional.
Las siguientes normas de referencia sobre el desarrollo pueden servirle de guía:

Antes de los 12 meses


Es importante observar a los niños de esta edad a fin de detectar indicadores de que utilizan la voz para relacionarse con su entorno. El gorjeo y el balbuceo son las fases iniciales del desarrollo del habla. Cuando los bebés se hacen mayores (a menudo en torno a los 9 meses), empiezan a unir sonidos, a incorporar las distintas entonaciones del habla y a decir palabras como "mamá" y "papá" (aunque sin entender qué significan).
Antes de los 12 meses, los bebés deberían ser receptivos a los sonidos y empezar a reconocer nombres de objetos de uso común (por ejemplo, biberón, chupete, etc.). Los bebés que observan atentamente su entorno pero no reaccionan al sonido es posible que presenten pérdidas auditivas (o hipoacusias).

Entre los 12 y los 15 meses


Los niños de esta edad deberían tener un amplio abanico de sonidos en su balbuceo (como p, b, m, d, o n), empezar a imitar y a aproximarse a los sonidos y palabras que modelan los miembros de su familia y típicamente decir una o más palabras (excluyendo "mamá" y "papá") de forma espontánea. Los nombres suelen ser las primeras palabras que utilizan los bebés, como "bebé" y "pelota". Su hijo también debería entender y seguir instrucciones de un solo paso ("Por favor, pásame el juguete" y similares).

De los 18 a los 24 meses


Aunque hay una gran variabilidad, la mayoría de los niños dicen unas 20 palabras cuando tienen aproximadamente 18 meses y unas 50 o más cuando cumplen 2 años. En torno a esta edad, los niños empiezan a combinar dos palabras en frases muy simples, como "bebé llorar" o "papá grande". Un niño de 2 años debería poder identificar objetos de uso común (tanto cuando el objeto está presente como cuando se trata de imágenes del objeto), señalar sus ojos, sus orejas y su nariz cuando alguien se las menciona y seguir instrucciones de dos pasos (como "Por favor, recoge el juguete y dámelo").

De 2 a 3 años


Los padres suelen presenciar grades avances en el habla de sus hijos a esta edad. El vocabulario del niño debería crecer considerablemente (demasiadas palabras para poderlas contar) y el niño debería combinar de forma sistemática tres o más palabras en frases más largas.
Su comprensión también debería mejorar; con 3 años, un niño debería empezar a entender qué significa "ponlo en la mesa" o "ponlo debajo de la cama". Su hijo también debería empezar a identificar colores y a entender conceptos descriptivos (por ejemplo, grande versus a pequeño)


3 de enero de 2016

COCINITAS CON CAJAS DE CARTÓN.


Es fácil construir una cocinita como éstas fabricadas con cajas de cartón

Como pueden ver en las imágenes es fácil hacerlas. Tan sólo necesitaran cajas de cartón de diferentes tamaños y utilizar su imaginación para convertirlas en unas auténticas cocinitas de juguete

Cuando compramos artículos grandes que vienen en caja, luego ya no sabemos que hacer con la caja y termina en la basura. Si quieres darle otro uso y entretener a tus niños, puedes transformarlas en una linda cocina. 

También podrías necesitar pedazos de tela, tapas de plástico y otros artículos que desees añadir para que la cocina quede increíble.

 Con esta actividad motivarás en tus pequeños las ganas de reciclar, aprenderán que no siempre las cosas tienen que ser compradas o de marca para ser divertidas y además fomentarás su imaginación y creatividad si los involucras en la elaboración




















ACOSO ESCOLAR CIBERNETICO


Los matones del colegio y las alumnas malintencionadas han existido desde siempre, pero la tecnología les ha ofrecido una nueva plataforma para actuar. En calidad de adultos, cada vez nos damos más cuenta de que la frase "a palabras necias, oídos sordos" ha dejado de ser cierta.

Los insultos, sean reales o virtuales, pueden tener graves consecuencias emocionales en niños y adolescentes.
No siempre es fácil saber cómo y cuándo intervenir en calidad de padres. Para empezar, nuestros hijos tienden a utilizar la tecnología de una forma diferente a la nuestra.

Los niños de hoy en día empiezan a jugar a juegos virtuales y a enviarse mensajes de texto (SMS) con sus móviles desde muy pronto y la mayoría de adolescentes disponen de teléfonos inteligentes que los mantienen conectados constantemente a Internet.

Muchos están conectados a Facebook y participan en chats o se envían mensajes de texto durante todo el día. Hasta el hecho de enviar un correo electrónico o de dejar un mensaje de voz en un contestador automático les puede resultar de lo más anticuado. 


Su conocimiento del mundo digital puede resultar intimidatorio para un padre, pero si usted se involucra en el mundo virtual de su hijo del mismo modo que en su mundo real, podrá ayudar a protegerlo contra las múltiples amenazas de Internet y del mundo virtual.


Afortunadamente, nuestra creciente conciencia sobre el acoso escolar cibernético o "ciberacoso escolar" nos ha ayudado a aprender a prevenirlo. He aquí algunas recomendaciones sobre qué puede hacer si el acoso escolar se ha convertido en una parte de la vida de su hijo.



¿Qué es el acoso escolar cibernético?


El acoso escolar cibernético consiste en utilizar la tecnología para acosar, amenazar, avergonzar, intimidar o criticar a otra persona. Por definición, se produce entre niños y/o adolescentes. Cuando está implicado un adulto, se adapta a la definición de ciber acoso ciber acecho, un delito que puede tener consecuencias legales e implicar condenas de cárcel.


A veces el acoso escolar cibernético es fácil de detectar; por ejemplo, su hijo le puede enseñar un mensaje de texto, un mensaje enviado a través de Twitter o una respuesta a una actualización de Facebook que sea violento, cruel o claramente malintencionado. 


Hay otras formas de acoso que son menos evidentes, como suplantar a alguien a través de Internet o colgar información personal, fotos o vídeos para avergonzar o herir a otras personas. Algunos niños informan de que se pueden crear cuentas, páginas web, o nombres de usuario falsos con la única intención de acosar y acechar a supuestas víctimas.


El ciberacoso escolar también puede ocurrir de forma completamente accidental. El carácter impersonal de los mensajes de texto (MSM), los mensajes instantáneo (MI) y los correos electrónicos puede dificultar la identificación del tono de quien los escribe: un chiste para una persona puede ser un insulto demoledor para otra. De todos modos, cuando se detecta un patrón repetido en una serie de correos electrónicos, mensajes de texto o comentarios publicados en Internet es muy raro que se trate de algo accidental.



Una encuesta realizada en EE.UU. en el año 2006 por la organización, Fight Crime: Invest in Kids (Lucha contra el delito: invierta en los niños), reveló que uno de cada tres adolescentes y uno de cada seis pre adolescentes habían sido víctimas del acoso escolar cibernético. Conforme más y más niños vayan accediendo a los ordenadores y los teléfonos móviles, lo más probable que la incidencia del ciberacoso escolar se incremente.


Efectos del acoso escolar cibernético



El acoso escolar ha dejado de limitarse al patio de la escuela y los callejones y ahora puede ocurrir tanto en casa como en la escuela y prácticamente durante las 24 horas del día. Mientras los niños puedan acceder a un teléfono, un ordenador u otro dispositivo informático (como un Tablet), se exponen a ese riesgo.



El acoso cibernético extremo o de carácter crónico puede exponer a las víctimas a un mayor riesgo de desarrollar ansiedad, depresión u otros trastornos relacionados con el estrés. En algunos casos sumamente infrecuentes, pero sobre los que se ha escrito mucho, algunos niños han acabado recurriendo al suicidio.



El castigo de los acosadores escolares cibernético puede incluir la expulsión del centro de estudios o del equipo deportivo. Ciertos tipos de ciberacoso también pueden infringir las normas del centro de estudios o incluso las leyes contra el acoso sexual o contra la discriminación.



Signos del acoso escolar cibernético
Muchos niños y adolescentes que son víctimas del acoso cibernético se resisten a decírselo a sus profesores o padres, a menudo porque se avergüenzan del estigma social que conlleva o porque temen que les retiren el privilegio de utilizar el ordenador en casa.
Los signos de que un niño puede estar recibiendo acoso cibernético varían bastante, aunque hay algunos aspectos en los que se deberían fijar los padres:
muestras de angustia emocional mientras el niño utiliza Internet o el teléfono o después de utilizarlos mantener en secreto su vida digital mantenerse apartado de sus amistades y actividades sociales evitar la escuela o las reuniones grupales sacar peores notas y tener ataques de rabia en casa presentar cambios de humor, de comportamiento, de sueño o de apetito.



Cómo pueden ayudar los padres


Si averigua que su hijo está siendo víctima del acoso cibernético, hable con él sobre cualquier experiencia similar que usted tuvo cuando era niño. Esto le puede ayudar a no sentirse tan solo. Dígale a su hijo que no es culpa suya y que el acoso dice mucho más sobre el acosador que sobre la víctima. Hablar con los profesores o con el director de la escuela también puede ayudar pero, antes de dar ese paso, permita que su hijo le dé las claves necesarias.

Muchos centros de enseñanza, distritos escolares y centros de actividades extraescolares han establecido protocolos para responder al acoso cibernético; estos protocolos pueden variar entre los distintos distritos y estados. Pero, antes de informar sobre el problema, dígale a su hijo lo que piensa hacer, ya que podrían preocuparle los "cotilleos" y preferir que se resuelva el problema protegiendo su intimidad.



Otras posibles medidas a adoptar son las siguientes:
Bloquear al acosador. La mayoría de aparatos electrónicos e informáticos disponen de funciones que permiten bloquear electrónicamente correos electrónicos, SMS e IM procedentes de personas concretas.



Limitar el acceso a la tecnología. 

Por mucho que les duela, muchos niños y chicos que son víctimas del acoso cibernético no pueden resistir a la tentación de entrar en los sitios web o mirar el teléfono para comprobar si han recibido mensajes nuevos. Mantenga el ordenador en un espacio público de la casa (nada de portátiles en la habitación de los niños, por ejemplo) y límite el uso de los móviles y los juegos digitales. Algunas compañías ofrecen la posibilidad de desconectar el servicio de mensajes de texto durante ciertas horas. Y la mayoría de sitios de Internet y de teléfonos permiten instalar controles que permiten a los padres acceder los mensajes de sus hijos y a su vida digital.


Conocer el mundo de Internet de su hijo

Compruebe lo que su hijo publica en Internet y las páginas web que visita, y sea consciente de la forma en que pasa el tiempo cuando se conecta a Internet. Hable con él sobre la importancia de la intimidad y sobre por qué no es conveniente compartir información personal en Internet, ni siquiera con sus amigos. Recalque la importancia de guardar de forma segura sus claves de acceso o contraseñas. Establezca acuerdos consensuados con su hijo sobre el uso del teléfono móvil y de las redes sociales que esté dispuesto a cumplir.
Informarse en Internet de recursos e información de apoyo sobre el acoso informático.
Si su hijo está de acuerdo, puede acordar una mediación con un terapeuta u orientador escolar que puede trabajar con su hijo y/o con el acosador.

Si el acosador es su hijo
Enterarse de que su hijo es quien está actuando de forma inapropiada puede suponer para usted un gran disgusto y una enorme desilusión. Es importante afrontar el problema de cara en vez de esperar a que desaparezca por sí solo.



Hable a su hijo con firmeza sobre su comportamiento y explíquele el efecto negativo que puede tener sobre los demás. Gastar bromas y tomar un poco el pelo a la gente puede parecer divertido, pero es algo que puede herir los sentimientos de la gente y generar problemas. 


Para llegar al fondo de la cuestión, a veces puede resultar útil hablar con los profesores, orientadores escolares y otro tipo de personal del centro de estudios de su hijo para identificar situaciones que pueden haber conducido a que se haya convertido en acosador. 


Los terapeutas profesionales pueden enseñar a los niños a manejar sus sentimientos y a mejorar su confianza en sí mismos y sus habilidades sociales, lo que a su vez puede reducir el riesgo de implicarse en conductas de acoso. Si usted es un experto en tecnología, haga de modelo a su hijo para enseñarle a entender las ventajas y los riegos de la vida en el mundo digital.


Si su hijo tiene problemas para controlar el enfado, hable con un terapeuta para que le enseñe estrategias para afrontar el enfado, la ira, el dolor, la frustración y otras emociones intensas de una forma saludable.



El acoso, independientemente del modo en que se haga, es algo inaceptable; dígale que si prosigue con el acoso, su comportamiento podría acarrear graves consecuencias (a veces irrevocables) en casa, el centro de estudios y la sociedad.Recuerde a su hijo que usar móviles y ordenadores es un privilegio. 

A veces ayuda restringir el uso de estos aparatos hasta que mejore el comportamiento. Si considera que su hijo debe disponer de un teléfono móvil por cuestiones de seguridad, asegúrese de que el teléfono puede utilizarse solamente en casos de emergencia. 

Si su hijo tiene antecedentes de tomar decisiones impulsivas mientras está conectado, insista en instalar estrictos controles parentales en todos los dispositivos que utiliza.

EVITANDO QUEMADURAS,CHOQUES E INCENDIOS.

Desde los grifos excesivamente calientes hasta las tazas de café que se vuelcan, las quemaduras son un peligro potencial en todos los hogares. De hecho, las quemaduras (especialmente aquellas producidas por agua y líquidos calientes) son algunos de los accidentes más frecuentes que ocurren en la infancia. Los bebés y los niños pequeños son particularmente susceptibles: son curiosos, pequeños y tienen una piel sensible que exige protección adicional.
A continuación se enumeran algunas maneras importantes de proteger a los niños de las quemaduras, así como de las descargas eléctricas y los incendios domésticos, en su hogar.

En general

Elabore un plan de escape ante incendios con dos salidas de la casa, además de un lugar de reunión designado una vez afuera. Practique regularmente el plan de escape ante incendios.
  • Tenga una escalera de emergencia en los pisos superiores de su casa para el caso que se produzca un incendio. Deje la escalera dentro o cerca de la habitación de un adulto o un niño mayor que sea capaz de usarla.
  • Asegúrese de tener una alarma de humo en todos los niveles y en todas las habitaciones de su casa. Pruebe las alarmas de incendio todos los meses y recuerde cambiarles las pilas dos veces al año.
  • Reemplace las alarmas de humo que tienen más de 10 años.
  • Instale un extinguidor de incendios en la cocina y sepa cómo usarlo.

Prevención

  • Ponga tapas de seguridad para niños en todos los tomacorrientes.
  • Deshágase de los aparatos y los electrodomésticos con cables viejos o gastados, y de los alargadores que parezcan estar dañados.
  • Ate el exceso de cable de las lámparas u otros aparatos eléctricos con una cinta de amarre para evitar las lesiones al masticarlos. También puede comprar un soporte o un carrete especialmente diseñados para ocultar el cable extra.
  • Coloque el televisor y el equipo de música contra la pared para que las manos pequeñas no puedan acceder a las superficies posteriores ni a los cables.
  • Asegúrese de que todos los cables de la iluminación navideña, como las luces de los árboles de las fiestas, estén correctamente aislados (por ejemplo, revise que el cableado no esté al descubierto ni roto). Ate el exceso de cable y desconecte las luces cuando no las utilice.
  • Revise frecuentemente los juguetes electrónicos para detectar signos de desgaste; se deben reparar o desechar de inmediato los objetos que hacen chispas, están calientes al tacto o tienen un olor fuera de lo común.
  • Elija prendas para dormir catalogadas como ignífugas (de poliéster o algodón tratado). Generalmente, las sudaderas o los pantalones que no están catalogados como prendas para dormir no son ignífugos.
  • Asegúrese de que los niños mayores sean especialmente cuidadosos al utilizar planchas o rizadoras.
  • Asegúrese de que ningún velador esté en contacto con telas, como cubrecamas o cortinas.
  • Coloque los calefactores eléctricos a una distancia de por lo menos 3 pies (91 centímetros) de las camas, las cortinas o cualquier objeto inflamable.
  • Si tiene que utilizar un humidificador o un vaporizador, opte por un modelo de vapor frío en lugar de uno de vapor caliente.
  • Examine los hogares y las estufas a leña. Es posible que también haya que examinar los radiadores y los zócalos radiantes eléctricos.
  • Enséñeles a los niños que jamás deben poner nada en el hogar cuando está encendido. Además, asegúrese de que sepan que las puertas de vidrio del hogar pueden calentarse mucho y causar una quemadura.
  • Haga limpiar regularmente todas las chimeneas.
  • Limpie las pelusas de la rejilla de ventilación de la secadora de ropa después de utilizarla.
  • No encienda fuegos artificiales ni bengalas.
  • Mantenga los fósforos, los encendedores, los productos químicos y las velas fuera del alcance de los niños.
  • No fume dentro de la casa, especialmente cuando esté cansado, esté tomando medicamentos que pueden provocar somnolencia o esté en la cama.
  • No coloque los cables de electricidad debajo de las alfombras o los tapetes.
  • No sobrecargue los tomacorrientes.

Baño

  • Coloque el termostato de agua caliente a 120°F (49°C) o manténgalo en un nivel "bajo-medio": un niño puede quemarse en 5 segundos en el agua a una temperatura de 140°F (60°C). Si no puede controlar la temperatura del agua (por ejemplo, si vive en un apartamento), instale un dispositivo antiquemaduras, que es relativamente económico y que tanto usted como un plomero pueden instalar con facilidad.
  • Pruebe siempre el agua del baño con el codo antes de colocar a su hijo dentro de la bañera.
  • Siempre abra el agua fría primero y ciérrela en última instancia cuando haga correr el agua de la bañera o el fregadero.
  • En la bañera, coloque a los niños de espalda a los grifos o los accesorios, de modo que haya menos probabilidades de que jueguen con ellos y abran el agua caliente accidentalmente.
  • Desconecte todos los aparatos eléctricos del baño (secadoras de cabello, rizadoras, afeitadoras eléctricas) cuando no se utilicen.
  • Enséñeles a los niños que las rizadoras o las planchas pueden estar calientes después de usarlas, incluso si están desconectadas.
  • Lo ideal es instalar disyuntores en el cuarto de baño.

Cocina y comedor

  • Delimite un área de 3 pies alrededor de la estufa donde no se pueda jugar y donde no se permita la permanencia de los niños.
  • No permita que un niño use un caminador en la cocina (la Academia Estadounidense de Pediatría [American Academy of Pediatrics] desaconseja totalmente el uso de caminadores en general).
  • Nunca tome bebidas calientes o sopa con un niño sentado en su regazo ni tampoco camine llevando líquidos o platos calientes alrededor de los niños. Si debe caminar con un líquido caliente en la cocina (como una olla de sopa o una taza de café), asegúrese de saber dónde están los niños para no tropezar con ellos.
  • No tenga un bebé o un niño pequeño en brazos mientras está cocinando.
  • Coloque los mangos de las ollas hacia la parte trasera de la estufa cada vez que cocine.
  • Bloquee lo más posible el acceso a la estufa. (Es recomendable instalar un pestillo en la estufa y bloqueadores en las perillas de la estufa.)
  • No caliente los biberones en el microondas. El líquido puede calentarse de manera irregular, lo que produce burbujas calientes de leche materna o de fórmula que pueden causar quemaduras en la boca de un bebé.
  • Mantenga las bebidas y las comidas calientes lejos del alcance de los niños.
  • No use manteles ni individuales grandes. Un niño pequeño puede jalarlos y volcar una bebida caliente o un plato de comida.
  • Desconecte todos los electrodomésticos de la cocina cuando no se usen y mantenga los cables lejos del alcance de la mano.
  • Coloque cerraduras en los armarios donde se guardan los productos de limpieza. Muchos de estos pueden causar quemaduras. Siempre guarde los productos de limpieza en sus envases originales, jamás en jarras de leche o de plástico.

En el exterior y dentro del automóvil

  • Use con cuidado los aparatos de la zona de juegos. Si hace mucho calor afuera, utilice los aparatos solo por la mañana, después de que hayan tenido la oportunidad de enfriarse durante la noche.
  • Saque el asiento de seguridad o el cochecito de su hijo del rayo del sol cuando no los use, ya que los niños pueden sufrir quemaduras cuando el vinilo y el metal están calientes. Si debe dejar el asiento de seguridad o el cochecito al sol, cúbralos con una sábana o una toalla.
  • Antes de dejar su automóvil estacionado en un día de calor, cubra las hebillas de las trabas de metal de los cinturones de seguridad de los asientos para evitar que el sol las caliente de manera directa.
  • No olvide la pantalla solar cuando vaya a estar al aire libre. Utilice un producto con un FPS de 15 o más. Aplique la pantalla solar 20 a 30 minutos antes de salir y vuelva a aplicarla cada 2 horas o con más frecuencia si está en el agua. No utilice pantalla solar en los bebés que tienen menos de 6 meses: los pequeños de esta edad no deben estar al sol.

Prepárese

Si está embarazada o ya tiene niños, es recomendable:
  • Aprender resucitación cardiopulmonar (RCP) y la maniobra de Heimlich.
  • el número de teléfono del médico del niño.
  • los números de los teléfonos celulares y del trabajo de los padres
    • los números del vecino o de un familiar que vive cerca (si necesita que una persona cuide a otros niños en caso de una emergencia)
  • Armar un botiquín y guardar dentro las indicaciones en caso de emergencia.
  • Enseñarles a los niños cómo y cuándo llamar al 911 o a otros números de emergencia para pedir ayuda.
  • Instalar detectores de humo y de monóxido de carbono.

Cómo cuidar la seguridad del entorno y adaptarlo especialmente para los niños

Para revisar los resultados de sus intentos por hacer de su hogar un sitio seguro para los niños, póngase de rodillas en todas las habitaciones de su casa para ver las cosas desde la perspectiva de un niño. Tome conciencia del entorno que rodea a su hijo y de lo que podría ser potencialmente peligroso.
Lograr que su casa sea un sitio totalmente seguro para los niños puede ser difícil. Si no puede implementar medidas de seguridad para proteger a los niños en toda la casa, puede cerrar las puertas (y cubrir los pomos) en las habitaciones donde los niños no deben entrar, a fin de evitar que ingresen a los lugares donde la seguridad no es la adecuada para ellos. En las puertas corredizas, cubrir los pomos y colocar pestillos que sean seguros para los niños también resulta excelente para evitar que los pequeños salgan de la casa.
Por supuesto, qué tan segura o poco segura es su casa para los niños depende de usted. La supervisión es la mejor forma de ayudar a evitar que los niños sufran lesiones. Sin embargo, hasta el padre más atento no puede brindarle a un niño una protección del 100% todo el tiempo.
Ya sea que tenga un bebé, un niño pequeño o uno en edad escolar, su casa debe ser un refugio donde el pequeño puede explorar sin correr riesgos. Después de todo, tocar, sostener, trepar y explorar son las actividades que desarrollan el cuerpo y la mente de su hijo.

SEGURIDAD EN CASA.


Los bebés alcanzan objetos, los agarran, ruedan sobre sí mismos, se sientan y, a la larga, gatean, se levantan del suelo, exploran agarrándose a los muebles y acaban andando solos. 

En muchas etapas de sus dos primeros dos años de vida, son capaces de desplazarse por toda la casa, caerse una y otra vez e interesarse por los objetos de muchas formas distintas. Y los niños de entre uno y tres años intentan treparse a los muebles, a pesar de que carecen de la coordinación necesaria para reaccionar ante ciertos peligros. 

Se levantan utilizando las patas de las mesas; utilizan escritorios y tocadores a modos de gimnasio e intentan agarrar todo lo que ven.

Por lo tanto, la posibilidad de una caída peligrosa o de precipitarse sobre esquinas puntiagudas puede ocurrir en casi cualquier parte de la casa.
He aquí una serie de medidas que le ayudarán a prevenir que su hijo sufra accidentes en el hogar:
Andadores

No permita que su hijo utilice ningún andador. El uso de los andadores para bebés se ha reducido drásticamente desde sus máximas cotas, alcanzadas en los años noventa del siglo XX, pero se siguen viendo unas 3.000 lesiones al año relacionadas con los andadores en los servicios de urgencias de EE.UU. Los bebés que utilizan andadores se pueden caer sobre objetos que no ven, volcarse sobre estufas calientes, piscinas y calefactores y rodar escaleras abajo. 

Los andadores pueden proporcionar a los bebés el impulso necesario para atravesar vallas protectoras (a veces con una escalera al otro lado).
En vez de un andador, considere la posibilidad de utilizar un centro de actividades de carácter estático.
Ventanas

No confíe en los mosquiteros o rejillas que cubren las ventanas como sistema de prevención de posibles caídas desde las ventanas.
Abra las ventanas por la parte superior, o utilice protectores de ventanas para impedir que su hijo se caiga por ventanas abiertas (un niño se puede caer por una ventana cuya abertura sea solo de 12,7 centímetros o 5 pulgadas). 

Asegúrese de que los protectores de ventana son a prueba de niños pero fáciles de abrir por un adulto en caso de incendio.
Aleje sillas, cunas, camas y otros muebles de las ventanas para impedir que su hijo se trepe a estos muebles a fin de acceder a la parte inferior.
Escaleras

Nunca deje a un niño desatendido cerca de las escaleras, incluso aquellas que están protegidas con una valla de seguridad. Los bebés pueden trepar por estas vallas, colocadas en los escalones más altos, y caerse desde una altura incluso superior. Instale adecuadamente una valla de seguridad en la puerta de la habitación de su hijo para que nunca pueda acceder por su cuenta a la parte más alta de las escaleras.

Mantenga las escaleras libres de juguetes, zapatos, alfombras sueltas y similares.
Instale protectores de seguridad en los pasamanos o barandillas de las escaleras si su hijo cabe por sus huecos.
Instale vallas de seguridad fijadas con tornillos a la pared al principio y al final de cada una de las escaleras que tenga en casa (las vallas de seguridad portátiles instaladas a presión no son tan seguras).
Evite las vallas de seguridad de tipo acordeón, donde se pueden quedar enganchadas las cabezas de los niños.
Enseñe a su hijo cómo debe bajar las escaleras desplazándose hacia atrás; recuerde que el único ejemplo del que dispone es usted bajándolas hacia adelante.

Por toda la casa
No tenga alfombras sueltas por la casa. Coloque antideslizantes debajo de ellas para mantenerlas fijas a la superficie del suelo.
No deje nunca a un bebé en una silla de seguridad, un portabebés o una hamaquita sobre una mesada, mostrador o cualquier otra superficie de otro mueble. La fuerza de los movimientos del bebé podrían desplazar y volcar el soporte del bebé, ocasionándole graves lesiones.
Asegúrese de que todos los muebles a los que se podría trepar su hijo (mesas, escritorios, armarios, muebles para la televisión) son robustos y estables para que el pequeño no los pueda tumbar. Esté especialmente atento a los muebles más pesados, como una estantería llena de libros o un centro de entretenimiento, que se podrían volcar sobre su hijo. Usted también puede colocar soportes en forma de "L" para sujetar muebles a las paredes e impedir que su hijo intente subirse a unos muebles que se podrían volcar sobre él.
Coloque protectores de seguridad para esquinas u otros elementos almohadillados en las esquinas de las mesitas para el café y de otros muebles y superficies provistos de bordes puntiagudos.
Limpie de inmediato cualquier líquido que caiga en el suelo.
Coloque tiras antideslizantes en las bases de las bañeras.
Cunas, camas y cambiadores
No deje nunca a un bebé desatendido sobre una cama o cambiador. Si sonara el teléfono mientras usted lo estuviera cambiando, lléveselo consigo mientras contesta al teléfono. Si debe dejar al bebé solo durante un momento, déjelo en su cuna o corralito.
Utilice cambiadores con barandas protectoras de 5 centímetros (2 pulgadas) de altura.
Asegure siempre a su hijo, utilizando cinturones de seguridad, en los cambiadores, así como en las sillitas, y cochecitos. Asegúrese de sujetar bien a los niños pequeños en el asiento de los carros del supermercado.
Mantenga las barandas laterales subidas en las cunas.
Los protectores de cuna no son recomendables pero, si decide utilizarlos, retírelos en cuanto el bebé empiece a levantarse y a ponerse de pie a fin de impedir que los utilice para trepar sobre ellos e intentar salir de la cuna.
No acueste a un niño menor de 6 años en una cama superior. Coloque barandillas en los laterales de las camas.
Retire los manteles de las mesas y guarde los cordones, tiras y otros objetos colgantes fuera del alcance de su bebé

En el exterior

  • No permita que su hijo juegue en una cama elástica, incluso bajo la supervisión de un adulto.
  • Asegúrese de que todas las estructuras de las áreas recreativas donde juega su hijo son seguros, sin partes sueltas ni oxidadas.
  • Asegúrese de que las superficies de estas áreas son lo bastante blandas como para absorber el impacto de las caídas. Unos buenos materiales para cubrir estas superficies son la arena y las virutas de madera; evite las áreas recreativas donde el suelo sea de cemento, hormigón o tierra compacta.
  • Asegúrese de que las escaleras y otros escalones que dan al exterior están libres de juguetes, objetos o cualquier otra cosa que obstruya el paso. Repare cualquier grieta o pieza que falte en el sendero o camino que lleve a su casa.
  • Si su hijo ha empezado a andar en bicicleta, asegúrese de que utiliza un casco y de que conoce las normas de seguridad y las señales de tráfico necesarias para andar en bici. Los traumatismos craneoencefálicos son muy frecuentes a estas edades, de modo que enfatice la norma de usar el casco cuando se monta en bicicleta.

Esté bien preparado

Si usted está esperando un hijo o si ya lo tiene, es una buena idea que:
  • Aprenda las técnicas de reanimación cardiopulmonar (RCP) y la maniobra de Heimlich.
  • Guarde los siguientes números cerca del teléfono familiar (tanto para su propio uso como para el de otras personas que cuiden de su hijo):
    • teléfono gratuito del centro de toxicología 1-800-222-1222 o el de su país
    • número de teléfono del pediatra de su hijo
    • número de los móviles de sus padres y de los teléfonos de los lugares donde trabaja cada uno de ellos
    • número de teléfono de los vecinos o de parientes que viven cerca de su domicilio (si necesita que otras personas vigilen a otros niños en caso de emergencia)
  • Disponga de un botiquín o kit de primeros auxilios y guarde las instrucciones a seguir en caso de emergencia en su interior.
  • Instale detectores de humo y de monóxido de carbono.

Mantener un ambiente seguro y adaptado a los niños

Para comprobar la eficacia de sus esfuerzos por poner su casa a prueba de niños, es una buena idea que se ponga a cuatro patas en cada una de las habitaciones de su domicilio para verla desde la perspectiva de un niño. Preste atención al entorno que rodea a su hijo y fíjese en aquellos objetos que podrían resultarle peligrosos.
Poner una casa totalmente a prueba de niños puede ser complicado. Si no puede poner toda la casa a prueba de niños, pruebe de cerrar las puertas (instalando protectores de seguridad en sus pomos) para que su hijo no pueda andar por lugares no protegidos. En las puertas corredizas, los protectores de seguridad y los pestillos a prueba de niños son buenas medidas para impedir que un niño pequeño salga solo de su casa. Por supuesto, la medida en que ponga su casa a prueba de niños es algo que solo depende de usted. La supervisión por parte de un adulto es la mejor forma de impedir lesiones en la población infantil. De todos modos, ni el más atento de los padres puede garantizar la seguridad de su hijo al 100%.
Independientemente de que usted tenga un bebé, un niño de 1 o 2 años, un niño de preescolar o un niño en edad escolar, su hogar debería ser un refugio donde su pequeño pueda explorar con total seguridad. A fin de cuentas, tocar, agarrar, trepar y explorar el son las actividades que permiten desarrollar tanto el cuerpo como la mente de los niños.