Empezaste haciendo garabatos con lápices de colores y ahora utilizas bolígrafos, lápices de punta fina y letras ligeramente orientadas hacia la derecha, con subidas, bajadas y enrevesados .
A algunos niños les encanta escribir a mano y otros odian el momento en que han de poner el lápiz en contacto con el papel.
La buena noticia es que todo el mundo puede mejorar su letra.
Pero, para empezar, dediquemos un momento a pensar en lo complicado que resulta, en el fondo, escribir a mano.
No es como estornudar o respirar, cosas que tu cuerpo hace sin que ni siquiera las tengas que pensar.
¿Cómo escribimos a mano?
Para escribir a mano, tu cuerpo y tu mente necesitan hacer muchas cosas distintas conjuntamente y en el orden correcto.
Necesitas mantener el hombro fijo mientras mueves el codo y la muñeca de la forma adecuada.
Además tus ojos deberán seguir lo que vaya haciendo tu mano.
Y eso no es todo. Necesitas saber el aspecto que se supone deben tener las letras y las palabras y tomar decisiones sobre qué quieres escribir .
O sea que con todo esto en juego, es lógico que distintos niños tengan diferentes problemas en lo que se refiere a la escritura.
Algunos problemas médicos hacen que los niños tengan dificultades para escribir. Por ejemplo, a los niños con trastorno por déficit de atención (TDA) o trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) les cuesta estarse quietos y concentrarse en lo que están haciendo.
Pueden escribir demasiado deprisa o empezar contestando a una pregunta y olvidarse de finalizar la respuesta. Los niños con problemas musculares, como los que tienen síndrome de Down o parálisis cerebral, también pueden tener dificultades para escribir.
Pero muchos niños sin problemas médicos tienen dificultades a la hora de escribir. ¿Eres uno de ellos? O tal vez ya escribes bien y solo querrías mejorar un poco tu letra.